En
los niños se deben crear unos hábitos de higiene
bucal y alimentación desde edad temprana, pues será
una garantía de salud para el futuro.
Los hábitos para el cuidado de los dientes empiezan
a desarrollarse cuando el bebé tiene 6 meses, abandona
la lactancia y suele aparecer su primer diente.
Es importante limitar desde la infancia la alimentación
con alto contenido en azúcares y crear unos buenos
hábitos en el niño.
No se debe abusar de los zumos de frutas envasados, ricos
en azúcares, ni mojar el chupete en productos con alto
poder cariogenico
(por ejemplo, la miel), ni acostumbrar al niño a mantener
el biberón con líquidos dulces en la boca durante
largo tiempo. Estas costumbres pueden perjudicar seriamente
la dentición temporal y provocar un alto índice
de caries en los dientes de leche.
Desde que aparece el primer diente (aproximadamente a los
6 meses) los padres deben limpiarlos tras la ingesta de alimentos
con una gasa estéril empapada en suero fisiológico.