Debe
comunicar a su dentista los tratamientos médicos y
quirúrgicos realizados con anterioridad o si está
siendo tratado en la actualidad por algún proceso,
con el fin de valorar si esto puede influir en la evolución
de la intervención.
También debe informar de la existencia de: Reacciones
adversas a los medicamentos. Alergias
(látex, yodo, anestésicos…) Posibles
enfermedades infecciosas. Factores
de riesgo (diabetes, hipertensión, cardiopatías,
osteoporosis, reuma, hepatopatías, insuficiencia renal…) Tratamiento
con anticoagulantes orales o aspirina diaria. Embarazo.
Los pacientes en tratamiento con anticoagulantes (por ejemplo,
SINTROM®) pueden ser tratados en la consulta dental. El
cardiólogo les prescribe una pauta, para limitar el
riesgo de hemorragia.